sábado, 19 de marzo de 2011

Día 6: A la ribera del Moldava

11 de febrero de 2.007

Este era nuestro último día completo en Praga y volvimos a disfrutar de una agradable temperatura. Empezamos con un nutritivo desayuno en el hotel.


Estuvimos paseando por el parque Petrin, que se encuentra en una colina al sus del barrio de Malá Strana.

Aquí se encuentra el monumento a las víctimas del comunismo, que rinde homenaje a quienes cayeron durante el comunismo.

Muestra un conjunto de 7 estatuas que representas diferentes fases en la destrucción del hombre.




La primera estatua está completa, mientras que a la siguiente le falta un pedazo, a la siguiente, otro y así sucesivamente, hasta llegar a la última, que está casi desaparecida.



Después cogimos el funicular para subir a lo alto de la colina.





Allí se encuentra la torre panorámica, desde donde se pueden observar unas maravillosas vistas de la ciudad.



Se construyó en 1.891, 2 años después de la exposición universal de París en la que se inauguró la torre Eiffel. De ahí, su similitud con esta.

Esta es la entrada al laberinto de espejos, que se encuentra también en la colina de Petrin.
Originalmente, éste fue uno de los pabellones con el que en 1891 se presentó en la Exposición Nacional de Praga el Club de Turistas Checos, organización que entonces
gozaba de gran prestigio en el país. La forma del pabellón era una réplica de la antigua puerta de entrada a otro legendario monte de Praga, al monte Vysehrad.







Volvimos a tomar el funicular para bajar de la colina.




Teatro Nacional visto desde uno de los islotes que hay en el río Moldava.

















Tras otro día relajado disfrutando de esta bella ciudad, volvimos a cenar en el restaurante que hay frente a la torre del reloj de la plaza vieja, que ha sido el que más nos ha gustado de esta visita.

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